Es una obra de óleo sobre lienzo. La pieza irradia fuerza y vitalidad, capturando la esencia de un árbol gigante que se erige como un testigo majestuoso de la prosperidad. La paleta de colores terrosos y verdes crea una atmósfera vibrante y exuberante, donde incontables seres mágicos y extraños coexisten en armonía con su entorno. Desde seres alados hasta árboles que caminan, cada elemento de esta pintura parece cobrar vida propia, llenando el lienzo con una energía primordial y poderosa. El contraste entre el lado izquierdo, iluminado por la luz del amanecer, y el derecho, sumido en la penumbra del anochecer, simboliza el ciclo eterno de la vida y la renovación. En el corazón de esta obra, se encuentra una metáfora de la conexión entre la naturaleza y la creatividad humana, donde las construcciones orgánicas emergen como testimonio de la fertilidad y la abundancia que emana de las raíces del árbol de la vida.

Técnica: óleo sobre lienzo

Medidas: 95 x 77.5 inc

Fecha de creación: Febrero 24